jueves, 27 de mayo de 2010


Nunca me había parado a pensar en lo que me gusta fotografiar ojos, en la colección que tengo, ojos y medias caras.Rostros que sin mostrarse completos, reflejan todo y más.De hecho creo que no sólo me gusta fotografiar ojos, abiertos o cerrados, de todos los colores, si no que además me gusta fotografiar bocas, manos, pieses (no hay corrección que valga...son PIESES), cuerpos incompletos. Sé que contado así suena cuanto menos tétrico, recuerda a la obra de cualquier artista desequilibrado mentalmente (mucho más de lo que cualquier artista, de por sí, ya lo está), pero la verdad de todo esto esto es que el resultado resulta tremendamente bello.

El pasado domingo, a primera hora de la tarde y sin darme mucha cuenta, colgué esta fotografía en mi perfil de facebook, como si de un presentimiento, una ensoñación o un viaje al futuro se tratara. Ni más ni menos...Un comentario al día siguiente acerca de esta imagen me despertó y me di cuenta de pronto de la realidad.Era el final de LOST!Tal vez mi intuición, tal vez el cansancio (quien sabe!) me llevó a que esta foto,sólo esta foto y ninguna de las demás fuera la elegida para ser mostrada. Quien sabe si mi subconsciente ya sabía el final de la serie y quería mostrarle la verdad al mundo.

Fuera o no fuera una ensoñación, un presentimiento o un viaje al futuro, lo cierto es que he empezado a darme cuenta del caso,y las imágenes han empezado a fluir en mi cabeza a velocidad de vértigo. Creo que hoy es un día clave en mi evolución fotográfica, y que a partir de hoy me dedicaré más aún si cabe a partes concretas del cuerpo,haré una colección de manos, una colección de pieses, una colección de sonrisas, de pelos, de manos...y montaré mi propio robot...y quien sabe...tal vez, incluso, consiga escribir uno de los mejores finales que existan para una serie de televisión...

miércoles, 19 de mayo de 2010

EL VERDADERO VALOR DEL ANILLO

Un joven concurrió a un sabio en busca de ayuda.
- Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar maestro?. ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?
El maestro, sin mirarlo, le dijo:
- ¡Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mis propios problemas. Quizás después... Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
- E... encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas-.
- Bien -asintió el maestro-. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho agregó: Toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo para pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.
En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, así que rechazó la oferta.
Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.
¡Cuánto hubiese deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro! Podría habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y su ayuda.
- Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir 2 ó 3 monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
- ¡Qué importante lo que dijiste, joven amigo! -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo?. Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.
El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
- Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
- ¿¿¿¿58 monedas???? -exclamó el joven-.
- Sí, -replicó el joyero-. Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... Si la venta es urgente...
El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.
- Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya única y valiosa. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.



Jorge Bucay.







jueves, 13 de mayo de 2010



"HAY ALGO MÁS IMPORTANTE QUE LA LÓGICA, Y ES LA IMAGINACIÓN"


"-Vaya día que estoy pasando!Y pensar que ayer mismo todo sucedía como de costumbre...¿Será que he cambiado durante la noche?Vamos a ver, ¿era yo la misma cuando me levanté esta mañana?Ahora que lo pienso, recuerdo que me sentía un poco extraña,como si fuera diferente. Pero si ya no soy la misma entonces...¿quién demonios soy?Ahí está el intríngulis!"


L.C

miércoles, 12 de mayo de 2010












"La felicidad en todas sus facetas es cuestión únicamente... de actitud
."