sábado, 26 de febrero de 2011




Por el placer de las cosas pequeñas...

Por el olor de la ropa limpia...

Por el calor de un abrazo sincero...

Por el sonido del teléfono cuando espero...

Por las imágenes con que no se olvidan...

Por las ganas de futuro...


...porque mi bichín vuelve a tener ojos. Y está limpio como el primer día. Porque las cosas más tiernas, se inspiran en tí

viernes, 4 de febrero de 2011

Pequeño teatro.




Pequeño teatro. Además del título de un libro que me ha regalado una gran amiga, es también una actitud. Todo mentira, no os vayais a pensar. Es la vida de un títere, de un payaso que se queda sólo, de una persona que muestra que rebosa, pero se hunde en su soledad. Y no, no es el argumento del libro. Es el pequeño teatro de mi realidad. El que veo más a menudo de lo que me gustaría, del que no formo parte y no formaré jamás.
Me llena de curiosidad y de lástima a la vez la necesidad de mostrar lo que no se tiene. Reir sin ganas, a carcajadas, llenarse de amigos que apenas recuerdan tu nombre y mostrar en cambio una felicidad inexistente que se desvanece en cuanto el silencio y la mínima rutina aparecen por la puerta. Son las muñecas rotas las que entre vapores de perfúmenes caros y subidas al trono de sus tacones, se beben las calles rodeadas de risas y perversas intenciones, creyendo y haciendo creer que su vida es, por un momento, perfecta; y perdiéndose en su propio caos cuando llega el día. Un teatro, al fin y al cabo. Exponer ante el mundo un alma llena de engaño, de desconfianza, un sistema de defensa tan adictivo como la mejor de las drogas. Mostrar, mostrar. La sonrisa perfecta.
Con la luz del día aparece su colección de cosas inacabadas. Incluso sus recuerdos lo están. Algunas se prolongan en el tiempo, otras consiguen por fin ser resueltas. Esas son las más afortunadas. Pequeñas y grandes cosas, sueños inalcanzables, metas que se encuentran muy lejos de la probabilidad. Todo es blanco o negro, no hay medias tintas, no hay un estado neutro. O se ríe, o se llora. Y esos sueños se van perdiendo, esas metas se quedan en el camino, esas promesas de crecer se quedan en un par de intentos...y se vuelve a la eterna rueda del pequeño teatro...